7 buenas prácticas para diseñar interfaces de usuario

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Las interfaces de usuario son integrantes de primer nivel al crear una página web y su diseño es básico para el éxito de un proyecto. Muchas veces, sin embargo, nos olvidamos de lo más importante: los usuarios. Más allá del atractivo visual, las interfaces deben ser intuitivas, fáciles y agradables de usar, como explicamos en este artículo, en el que incluimos una serie de consejos generales que podrán ayudar a todos los desarrolladores y proyectos tecnológicos.

  1. Resolver las necesidades reales. Las interfaces de usuario deben resolver las necesidades inmediatas. Si el software es muy complejo, es normal que existan muchos elementos para trabajar en el programa, pero lo esencial debe estar a mano. Si hay funcionalidades menos útiles , las interfaces que se realicen para resolverlas no deberían interferir en el uso de usuarios menos avanzados. 
  2. Menos es más. Cuantos menos elementos tengamos a la vista, más cómodo se sentirá el usuario. Por tanto, no tratemos de generar confusión con muchos botones que den la sensación de complejidad. Un ejemplo claro de esto son los asistentes de instalación de programas, que mediante pantallas muy simples te van guiando en la recopilación de todas las informaciones necesarias para instalar un software, sin que ninguna de sus ventanas sea especialmente compleja. 
  3. Armonía entre los elementos. Las interfaces deben responder a una línea de comunicación clara. No cabe la posibilidad de hacer botoneras oscuras y luego claras en otra parte de la pantalla. Si usamos etiquetas para botones o acompañar campos de texto, no debemos cambiar la fuente entre ellas, sino respetar siempre negritas, colores, etc.
  4. Claridad y síntesis.  Puede resultar redundante, pero la claridad es la primera de las virtudes que se debe perseguir, para ello hay que sintetizar, tanto en las interfaces como en los elementos de ayuda y decoración. 
  5. Widgets familiares. Usemos los mínimos widgets posibles y cuando sean necesarios, lleguemos a soluciones que resulten familiares para las personas. Hay diferentes controles de formulario estándar que cumplen las funciones y que todos los usuarios los saben usar, por lo que son preferibles frente a widgets complicados que aporten muchas cosas nuevas y por ello resulten confusos. 
  6. Cuadros de diálogo y cajas modales… las justas. Las interfaces deben mostrarse, a ser posible, dentro del lienzo que ya venimos usando. Popups, cuadros de diálogo, cajas modales pueden ser usadas, pero con cuidado, pues resultan molestas para el usuario en muchas ocasiones y rompen con el flujo de trabajo al que está familiarizado. 
  7. Seguridad y prevención. Un aspecto fundamental es aportar al usuario una sensación de seguridad sobre lo que está haciendo, ya sea eliminando elementos cuya utilización no sea del todo clara o aportando herramientas para volver al estado anterior. Finalmente, destacamos que es importante siempre observar al usuario y realizar los oportunos test con los que podamos conocer cómo se usan las aplicaciones y los puntos débiles que tienen las interfaces diseñadas.

En resumen, una buena interfaz es aquella que facilita el aprendizaje del usuario y acota la cantidad de acciones, permitiendo centrarse en aquellas funcionalidades que son las más requeridas.

Fernán García de Zúñiga

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