Seguridad para todos
En un mercado global, el Conocimiento es actualmente uno de los principales activos empresariales. El Conocimiento (o, lo que es lo mismo, la información aplicada) es la principal herramienta a la hora de incorporar valor añadido a los productos o servicios, independientemente del tamaño de la compañía que los comercialice. Desde la propia página web de una empresa, hasta los inventarios de existencias, pasando por los datos de contacto de clientes y proveedores y los correos electrónicos, la información sustenta el día a día de cualquier empresa, incrementa sus márgenes de beneficio y la distingue de sus competidores.
No obstante, el Conocimiento es un elemento intangible. Gracias a las nuevas tecnologías, se mueve a la velocidad de la luz, a lo largo y ancho del globo, pero también es un elemento enormemente volátil. Ya no se acumula en interminables pasillos de grandes archivadores con carpetas ordenadas por años.
Con la democratización de la informática y su popularización en el mundo empresarial, el volumen de papel ha disminuido. Todos los datos se acumulan en los ordenadores de los empleados o en servidores que, en muchas ocasiones, se encuentran en las propias oficinas de la empresa. Esta medida no es la más prudente, ni tampoco la más económica para garantizar el futuro de una empresa.
Por norma general, las instalaciones de una compañía no cumplen los requisitos necesarios para garantizar la integridad de los propios datos. Sólo en algunos edificios de grandes compañías, existe un servicio de seguridad permanente las 24 horas y los 365 días del año. Incluso existiendo elevados niveles de seguridad, puede no ser una pauta eficaz en algunas ocasiones puntuales, como terremotos, incendios o inundaciones, en los que la viabilidad de un proyecto empresarial puede desaparecer en cuestión de minutos.
En pymes y profesionales, que componen el 99% del tejido industrial español, la vulnerabilidad de la información es mayor debido a factores como la antigüedad de los equipos o la carencia de personal técnico cualificado. Estos segmentos tampoco pueden permitirse eventuales pérdidas en sus datos y se merecen todas las garantías.
Sólo un Internet Data Center, el espacio físico acondicionado para alojar servidores, ofrece todas las garantías necesarias de protección de datos, tanto respecto a seguridad informática (virus, hackers…) como física (incendios, inundaciones, terremotos…). La contratación de estos servicios tecnológicos no constituye un privilegio al alcance de las grandes empresas y sí es una tendencia imparable entre las pymes.
Para disponer de esta infraestructura, necesaria para garantizar la continuidad de una empresa, no es necesario un alto presupuesto. Existen multitud de soluciones de alojamiento compartido y de recuperación de datos que permiten que la información se encuentre siempre a buen recaudo en un IDC, con las máximas garantías tecnológicas y por un coste mensual mínimo. Estas aplicaciones han permitido que las pymes hayan encontrado en los proveedores de servicios de Internet a sus mejores aliados a la hora de salvaguardar su negocio de cara al futuro.