Qué significa ser nativos en el Cloud y por qué es importante
El concepto de «nativo del Cloud» nos recuerda, en cierta manera, a aquello de «nativos digitales», un término acuñado para intentar significar que los niños nacen con una especie de sexto sentido digital, en cierta medida, sobrenatural. Pues bien, igual que los nativos digitales no existen (y sí existe, desde siempre, la plasticidad del cerebro de los niños que les permite aprender cosas aparentemente complejas a velocidades de vértigo), nativo del Cloud no significa lo que, a priori y de manera intuitiva, podemos pensar.
Existen una serie de supuestos que no significan cloud native y los vamos a ver antes de entrar en materia y explicar qué es exactamente esto, qué implicaciones tiene y por qué es, hoy, crucial.
Estas no son características del nativo del Cloud
Al contar casos que podríamos pensar que se refieren a empresas nativas del Cloud, pero que no lo son, podremos configurar mejor nuestros argumentos para explicar de forma más precisa el concepto. Veamos:
- Nativo del Cloud no trata solo de ejecutar aplicaciones en la Nube. Eso sería, simplemente, hacer «lift & shift», es decir, trasladar las máquinas virtuales de un datacenter propio a la nube.
- Nativo del Cloud no es ejecutar aplicaciones en contenedores. La ejecución de aplicaciones en contenedores no es una gran ganancia en comparación con la ejecución de la aplicación directamente en la propia máquina virtual.
- Nativo de la nube no significa que solo se ejecuta Kubernetes, por ejemplo, aunque sea un gran paso adelante en la dirección correcta.
- La nube nativa no trata de microservicios, sin más. Los microservicios tienen beneficios como permitir ciclos de desarrollo más cortos, entre otras, pero las aplicaciones monolíticas también pueden tener los mismos beneficios cuando se hacen correctamente y también pueden beneficiarse de la infraestructura nativa de la nube.
- La nube nativa no se refiere a la infraestructura como código.
Podemos intuir que ser nativo del Cloud es más que ejecutar cosas en la nube, más que contratar servicios basados en el Cloud, más que adoptar una tecnología Cloud en concreto.
Qué significa ser Nativo del Cloud
Cloud native, como se conoce el término original, se puede referir tanto a aplicaciones como a organizaciones nativas del Cloud. Lo que debe quedar claro es que desarrollar aplicaciones nativas del Cloud no hace a una empresa nativa, pero sí se da a la inversa.
Y ¿qué es, o qué se entiende por aplicación nativa del Cloud? Pues es la que se diseña teniendo en cuenta desde el primer paso la infraestructura y los servicios del Cloud sobre los que va a correr. Esas aplicaciones se diseñan como un conjunto de servicios pequeños, independientes y de bajo acoplamiento que colaboran para conseguir el fin que perseguimos.
Las tecnologías nativas de la nube permiten a las organizaciones construir y ejecutar aplicaciones escalables en entornos dinámicos como las nubes públicas, privadas e híbridas. Contenedores, microservicios, API declarativas, y demás, ejemplifican el enfoque. Estas técnicas permiten crear sistemas libremente acoplados que son resistentes, manejables y observables. Si las combinamos con una automatización bien diseñada permiten realizar cambios de impacto de forma frecuente y predecible con un mínimo de esfuerzo.
Extendiendo el concepto, las soluciones nativas de la nube son flexibles y permiten el despliegue rápido y sencillo donde sea necesario y durante el tiempo que sea necesario. Son soluciones que nos permiten escalar recursos sin interrupciones y ofrecen un balance ventajoso entre costes y prestaciones.
Una empresa nativa del Cloud será aquella que adopta las características representativas de la Nube en sus fundamentos y se desarrolla en torno a ellas. Es aquella empresa que tiene la Nube, sus procesos, sus cualidades y características impresos en su ADN. La importancia de ser nativa del Cloud está clara, puesto que será resiliente, adaptable, flexible y escalable e incorporará la seguridad como prioridad. Todas las soluciones que se diseñen irán acordes a estos principios, y serán, en definitiva, las empresas mejor preparadas para afrontar cualquier crisis o desastre como el vivido durante 2020.