Cómo funcionan los Smart Contracts y qué posibilidades ofrecen
Los smart contracts son una de las herramientas blockchain con más interés en el terreno de las relaciones entre personas y empresas o máquinas. Se trata de un mecanismo que automatiza las relaciones contractuales entre personas o máquinas sin intervención de intermediarios humanos.
¿Qué es un Smart Contract?
Se trata de un software que se almacena en una cadena de bloques y que permite convertir contratos tradicionales en homólogos digitales. Los smart contracts siguen una estructura condicional, es decir, entradas específicas garantizan salidas predeterminadas. Por tanto, son altamente predecibles y, en sentido amplio, inmutables.
La primera persona en acuñar este término y darle forma fue Nick Szabo, quien, en 1994, escribió una introducción al concepto y, dos años más tarde, estimó las posibilidades reales de este tipo de contratos inteligentes.
Así era el concepto original acuñado por Szabo: un contrato inteligente es un protocolo de transacción informatizado que ejecuta los términos de un contrato. Los objetivos generales del diseño de contratos inteligentes son satisfacer las condiciones contractuales habituales (como condiciones de pago, gravámenes, confidencialidad e incluso ejecución), minimizar las excepciones tanto maliciosas como accidentales y reducir al mínimo la necesidad de intermediarios de confianza. Los objetivos económicos relacionados incluyen la reducción de las pérdidas por fraude, los costes de arbitraje y ejecución, y otros costes de transacción.
Este concepto haría posible un mercado digital automatizado y que, además, sea seguro gracias a la criptografía. En este contexto, la confianza se sustenta en la operativa de los contratos, y no en personas o entidades. Gracias a estos protocolos es posible el comercio electrónico entre desconocidos sustituyendo el papeleo tradicional, porque los contratos se ejecutan por sí mismos.
Smart contracts: ventajas principales
Las ventajas de los contratos inteligentes son muy evidentes una vez que reflexionamos acerca de la naturaleza de estos. Su potencial es enorme en multitud de casos de uso que, al final del artículo, resumiremos.
- La ejecución automática es, sin duda, una de las ventajas más obvias y sustanciales de los smart contracts: el resultado se ejecuta cuando se cumplen las condiciones del contrato. Esto significa que un contrato laboral inteligente, si así se especifica en las cláusulas, se renovaría de manera automática llegado el caso, o se aplicarían los beneficios incrementales acordados sin necesidad de más burocracia.
- Los resultados de los contratos inteligentes son completamente predecibles. Por tanto, son infalibles en el sentido de que se prescinde del factor de error humano. No hay hueco para interpretaciones fallidas de los contratos, algo que, sin duda, sucede en contratos tradicionales sujetos a la apreciación humana. En los smart contracts se elimina este factor de incertidumbre porque se van a ejecutar de una manera cien por cien predecible de antemano, ejecutándose con precisión a partir de las condiciones de antemano.
- La naturaleza de este tipo de contratos hace posible, siempre que hablemos de una cadena de bloques pública, que sean útiles en auditorías y para el seguimiento. Es muy posible realizar el seguimiento instantáneo y trazable de cualquier transacción. Esto es importante en multitud de casos reales.
- La transparencia es otra de las virtudes de estos contratos, porque los partícipes disponen de la misma información al mismo tiempo. Esto elimina la posibilidad de manipular las cláusulas de los contratos y, al estar basados en blockchain, se garantiza la inmutabilidad de los datos. Dos partes pueden formalizar contratos sin conocerse y teniendo, a la vez, toda la confianza mutua que sea posible.
- Reducción de costes, gracias a la eliminación de los intermediarios. Es el coste más directo que esta tecnología permite ahorrarse, junto con otros más prescindibles y no tan importantes hoy en día, como las copias impresas y demás.
- Velocidad de ejecución y, en general, de operación. La ausencia de intermediarios reduce el coste, pero también acorta tiempos gracias a los automatismos.
Casos de uso de los smart contracts
Enumerar casos de uso de smart contracts podría dar lugar a una lista interminable. Hay tantos casos como contratos, pero los más interesantes podrían ser estos:
- El intercambio de datos entre instituciones es vital para la eficacia de los ensayos clínicos, por eso los contratos inteligentes son una de las tecnologías con mayor cantidad de usos potenciales en el sector sanitario.
- Las aplicaciones de contratos inteligentes pueden facilitar el pago de derechos de autor, lo que los hace interesantes en la industria musical, por ejemplo.
- Gestión de la cadena de suministro. Un contrato inteligente para una cadena de suministro de extremo a extremo es perfecto para garantizar un funcionamiento sin problemas.
- La venta al por menor puede ver los procesos administrativos utilizados, de manera que los minoristas pueden crear contratos inteligentes para permitir pagos rápidos.
- Identidad digital. Desde datos de reputación hasta activos digitales, se pueden almacenar componentes en un contrato inteligente para formar una identidad digital.
- Voto en las elecciones. Los smart contracts pueden crear entornos seguros en las votaciones, reduciendo el riesgo de posibles manipulaciones de los votos.