¿Cómo afecta la alta demanda a la capacidad de la red?

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Desde que comenzó el estado de alarma en nuestro país y vivimos en un confinamiento que, poco a poco, parece que irá relajándose, el uso de Internet ha sido intensivo. No solo hablamos del uso de la red para disfrutar del ocio, ya sea mediante streaming de vídeo o para videojuegos multijugador online, sino que el teletrabajo ha supuesto un aumento del ancho de banda consumido en los hogares durante todo el día.

Esto hace que nos planteemos ciertas preguntas. ¿Qué sucede cuando en un país o en una región exige una alta demanda a la red de datos móviles? ¿Se puede saturar Internet? La respuesta rápida es que, en teoría, no se va a saturar Internet por «tirar» más fuerte en estos días de confinamiento. Pero eso es la teoría, que también dice que, si los proveedores de servicios de red no están preparados para picos fuertes de demanda, se podrían saturar y dejar de prestar servicio puntualmente.

Así que, en principio, tenemos que entender cómo se pueden tomar medidas para absorber picos de alta demanda sostenidos en el tiempo. No podemos olvidarnos de cómo las diferentes medidas y herramientas para el teletrabajo afectan a la red y sus recursos.

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El auge del teletrabajo y su impacto en las redes

problemas de ancho de banda y de seguridadA medida que el coronavirus se propagaba, muchas empresas exigieron a sus empleados que trabajasen desde sus casas, lo que supuso una presión imprevista sobre las tecnologías de red remotas, provocando, sobre todo, problemas de ancho de banda y de seguridad.

Al facilitar este teletrabajo improvisado, con crecimientos meteóricos en todo el mundo, el incremento de nuevos usuarios remotos requirió, y requiere, de un aumento de la capacidad o de otras medidas dirigidas a «proteger» el ancho de banda disponible. Para hacernos una idea, el uso de VPN en Italia aumentó un 112% hacia la mitad del mes de marzo.

En el resto del mundo, la demanda de redes privadas virtuales comerciales se incrementó por el teletrabajo en progresiones similares. Los proveedores de VPN y los proveedores de servicios de Internet estuvieron sometidos a una gran presión para manejar el aumento del tráfico de las poblaciones en cuarentena en todo el mundo.

Antes de la pandemia, y de este nuevo escenario de trabajo en remoto y entretenimiento conectado masivo, el uso de VPN ya se proyectaba como de crecimiento exponencial. Es decir, de alguna manera se podía prever un gran crecimiento en la demanda de estos servicios, pero no tan repentino. El problema, en realidad, no es de capacidad, sino de seguridad.

Para las empresas, esto no es tarea fácil, sobre todo porque las VPN suelen depender de servicios de acceso a Internet residenciales sobre los que las empresas tienen poco control. Pero los profesionales de TI deben tratar de verificar que estas conexiones cumplan con los estándares de la empresa en cuanto a seguridad.

Todos los elementos que forman parte de la conexión doméstica como el ISP, el DNS y el Wi-Fi, deberían cumplir los requisitos mínimos necesarios para ser adecuado para el teletrabajo. La seguridad de las redes Wi-Fi domésticas también es un problema y lo primero que se tendría que hacer es comprobar las configuraciones para verificar que se está utilizando cifrado, entre otras cosas, como la preparación del propio teletrabajador en cuestiones de seguridad.

¿Cómo aguanta la red?

La primera razón por la que la red aguanta este incremento másivo del tráfico es que su capacidad real es enorme. La cantidad de fibra óptica desplegada en España (que, además, llega en gran medida hasta el domicilio), la topología de la red y los puntos neutros (nodos de interconexión donde se produce el intercambio entre los proveedores de contenidos o los servicios de almacenamiento en la nube y los operadores) ayudan a racionalizar el uso del ancho de banda.

Con todo, los picos de demanda puntuales, como los experimentados en los primeros días del estado de alarma, son de difícil digestión para cualquier sistema. Por este motivo, las medidas promovidas por la Unión Europea, como instar a los proveedores de contenidos a rebajar la calidad máxima a la que se pueden reproducir dichos contenidos, fueron claves para que todo aguantase el tirón.

Por otro lado, cada operador sigue sus propias estrategias para lidiar con el aumento de carga de datos. Algunas estrategias son, por ejemplo, monitorizar continuamente el tráfico para detectar si se sobrepasa un umbral en la capacidad de la red que indique que hay que actuar. Las actuaciones pueden ser diversas, por ejemplo, aumentando la infraestructura.

En EE.UU., por poner otro ejemplo, la Comisión Federal de Comunicaciones ha concedido a T-Mobile acceso temporal al espectro en la banda de 600MHz, propiedad de otros licenciatarios, para responder así a la petición de la compañía en el sentido de facilitar a los estadounidenses el acceso a servicios de telemedicina, educación a distancia y teletrabajo.

Manuel León

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