6G: ¿Qué nos aportará la próxima generación de redes móviles?
Apenas hemos empezado a disfrutar de las ventajas tecnológicas de 5G y ya se empieza a hablar de la próxima generación de comunicaciones móviles 6G. La razón es que, a pesar de que esta nueva generación tardará unos cuantos años en llegar a ser una realidad, se están definiendo ya sus principales características.
Estaríamos hablando de finales de la década actual como fecha horizonte para que comiencen los despliegues de esta nueva tecnología. Como sucede con las novedades en este campo, cualquier predicción a largo plazo (más de dos años) se asimila a las predicciones de un astrólogo. Es decir, es muy probable que sean equivocadas. Sin embargo, las especificaciones y la lista de deseos de cara a esta nueva generación móvil prometen mejorar sustanciales de las prestaciones, menor latencia, mayor ancho de banda, y un sinfín de nuevas posibilidades que permitirán a muchas otras tecnologías crecer sin aparente límite.
Principales características del 6G
Como decimos, se espera que se comercialice esta tecnología alrededor de 2030. Hay quien dice que será en 2028, como Samsung, mientras que empresas como Huawei retrasan su aparición hasta 2030.
Todavía no está muy claro qué formato final va a tener porque es necesario que se desarrolle, en primer lugar, el estándar de rigor. La principal diferencia con respecto a 5G será, como avanzamos, una mayor tasa de bit (velocidad), y se sabe o se intuye que se empleará equipamiento de radio más avanzado, así como una mayor diversidad de ondas aéreas que en el caso de 5G.
Se espera que se utilice un rango de frecuencias del espectro extremadamente alto (es decir, EHF), que ofrece la posibilidad de conseguir velocidades elevadísimas gracias al enorme ancho de banda disponible, y una gran capacidad en distancias cortas (y muy cortas). Las tasas máximas esperadas se sitúan en el terabit por segundo. Si 4G se medía en Mbps y 5G en Gbps, para el 6G estaremos hablando ya de Tbps en el mejor de los casos. Eso sí, como también sucedía en las generaciones previas, la tasa media esperada no llegará tan lejos, y algunas estimaciones afirman que rondará los 100 Gbps.
Otra característica esperada es que la cobertura de 6G sea total. Es decir, que sea omnipresente gracias a la tecnología por satélite y a las superficies inteligentes capaces de reflejar las señales electromagnéticas. De este modo, la baja latencia y la conectividad de varios gigabits será posible incluso en partes del mundo donde es tradicionalmente caro llegar con las redes móviles convencionales. La latencia teórica esperada de menos de un milisegundo y la arquitectura 6G distribuida tendrá un enorme impacto en las soluciones de inteligencia integrada y omnipresente, además de mucho más evolucionada y mejorada.
La eficiencia energética de 6G es algo que se da por sentado. Es más, cada nueva generación ha supuesto una enorme diferencia en cuestión de eficiencia. Uno de los obstáculos para construir un sistema 6G sostenible es el hecho de que tendrá que transportar muchos más datos a velocidades más rápidas, sin dejar de cumplir objetivos muy estrictos de eficiencia energética.
Diseñando la interfaz aérea de forma nativa basada en inteligencia artificial (o, específicamente, ML) permitirá utilizar el espectro de forma más eficiente, lo que a su vez hará que la red sea más eficiente desde el punto de vista energético: se necesitará menos energía para enviar la misma cantidad de información. 6G puede lograr esta mayor eficiencia cambiando la forma en que la red codifica los datos.
El potencial del 6G para transformar la tecnología es difícil de calibrar sin entrar en el terreno de la ciencia ficción, pero lo que sí se puede afirmar es que aumentará enormemente las capacidades de las tecnologías que dependen fuertemente de la latencia. Esto incluye cualquier forma de comunicación, especialmente si implican vídeo; sistemas de realidad virtual avanzados con un grado de detalle sin precedentes; robótica; internet de las cosas y un largo etcétera.
Queda camino por delante hasta que este nuevo estándar de comunicaciones sea una realidad tangible y comercial, pero ya nos podemos ir imaginando las posibilidades sin precedentes de esta tecnología.
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