IPv6: ¿En qué consiste y por qué es importante?
IPv6 es la versión 6 del Protocolo de Internet (Internet Protocol), es decir, es la sexta versión del protocolo que hace posible conectar dispositivos en Internet, identificándolos con una dirección unívoca. Es la nueva versión de IP tras IPv4 (IPv5, en realidad, fue una versión experimental en el año 1979, conocida como protocolo ST y que nunca se utilizó). La necesidad de diseñar una nueva versión del protocolo surge a raíz del agotamiento del espacio de direcciones disponibles en IPv4.
Cada dirección IPv4 se compone de cuatro dígitos de ocho bits (por ejemplo, 127.0.0.1), lo cual permite generar 2^32 direcciones únicas, aproximadamente 4.300 millones. Este número es claramente insuficiente teniendo en cuenta que, solo hablando de smartphones, existen unos 2.700 millones de dispositivos en el mundo —pero se superaron los 4.300 millones de conexiones IP vía smartphones a finales de 2017—, a los que hay que sumar todos los dispositivos electrónicos que se conectan a Internet, tales como ordenadores personales, portátiles, eBooks, y también servidores como el de correo, DNS o FTP, por poner unos pocos ejemplos.
Esos números crecerán todavía más a corto plazo con la implantación del Internet de las Cosas, que permitirá un crecimiento en conexiones celulares del 30% anual, según Ericsson, mientras que algunos estudios cifran en más de 40.000 millones los dispositivos conectados que existirán en 2023.
La necesidad de un nuevo espacio de direccionamiento
Partiendo de esa necesidad imperiosa de conseguir nuevas direcciones únicas para los dispositivos conectados —algunos ejemplos serían cualquier dispositivo inteligente como luces, Smart Locks, termostatos conectados, televisiones o el coche autónomo—, se diseñó IPv6 para expandir este universo por encima de los 340 sextillones de direcciones.
En otras palabras, existen en IPv6 2^128 direcciones formadas por ocho grupos de cuatro dígitos hexadecimales. Un ejemplo sería 2001:0DB8:0000:0000:0000:0000:1428:57ab. Como vemos, las direcciones IPv4 e IPv6 son incompatibles, por lo que para su convivencia es necesario definir los mecanismos de transición IPv6, que podemos encontrar en el RFC 4213.
¿Qué es IPv6?
Como acabamos de comentar, el protocolo IPv6 es una solución que responde, principalmente, al problema de escasez de direccionamiento IP que existe en el protocolo IPv4 actual.
Por sus características, IPv6 abre las puertas a un nuevo modelo de servicios y aplicaciones orientados al end-to-end (máquina a máquina), como las aplicaciones peer-to-peer relacionadas con la VoIP y la IP-TV, que resultarán más fáciles de implementar y más potentes. También ampliará la oferta de servicios móviles y wireless, ya que prácticamente todos los dispositivos podrán interconectarse a la Red. Además, IPv6 facilita el desarrollo y despliegue de aplicaciones y servicios globales que, en el entorno saturado de IPv4, podrían resultar complicados y costosos de implantar y gestionar.
El nuevo protocolo también resuelve algunos problemas existentes actualmente: proporciona auto-configuración a los dispositivos e incorpora IPsec de forma obligatoria, proporcionando una mayor seguridad para el usuario en numerosos aspectos (DNS, peticiones de routing, http, etc.). La simplificación de estándares y de los formatos de las cabeceras de los paquetes IP también facilita la gestión de las direcciones, además de evitar el siempre complicado uso de NAT (Network Address Translation), un sistema que permite compartir dirección IP desde una misma red local y que lleva prolongando IPv4 desde hace años.
Ventajas de IPv6 sobre IPv4
IPv6 se presenta como una evolución crucial respecto a IPv4, ofreciendo una serie de ventajas clave que abordan las limitaciones del protocolo anterior. Esas virtudes incluyen:
- Escalabilidad. IPv6 tiene direcciones de 128 bits frente a las direcciones de 32 bits de IPv4. Por tanto, el número de direcciones IP disponibles se multiplica exponencialmente.
- Seguridad. IPv6 incluye diversas opciones de seguridad en sus especificaciones, como la encriptación de la información y la autentificación del remitente de dicha información.
- Aplicaciones en tiempo real. Para dar mejor soporte al tráfico en tiempo real, como una videoconferencia, IPv6 incluye etiquetado de flujos en sus especificaciones. Con este mecanismo, los routers pueden reconocer a qué flujo extremo a extremo pertenecen los paquetes que se transmiten.
- Plug and Play. IPv6 incluye en su estándar funcionalidades “plug and play”, que facilitan a los usuarios la conexión y configuración de sus equipos a la Red.
- Especificaciones más claras y optimizadas. IPv6 sigue las buenas prácticas de IPv4 y elimina las características no utilizadas u obsoletas de IPv4, optimizando el protocolo de Internet.
El lento despegar de IPv6
A pesar de que las redes de operadores y los ISP ya han comenzado a implementar IPv6 en sus redes, con las redes móviles a la cabeza, queda mucho por hacer. Los grandes problemas son los dispositivos que no tienen capacidades IPv6, la complejidad, los costes y el tiempo necesario para completar dicha transición. Esto hace que el ratio de adopción de este nuevo protocolo sea muy lento en algunos países —en España nos quedamos en un 12,25% frente a, por ejemplo, EE. UU. Con un 49,05%, India con un 71,39%, o Alemania con el 74,07%, según las estadísticas de Google.
La realidad, hoy, es que nadie usa IPv6 de manera exclusiva. IPv4 e IPv6, presente y futuro de Internet, conviven a día de hoy de manera completamente transparente para los usuarios, sin afectar a la visibilidad de los servicios online, ya que los proveedores como Arsys contamos con una infraestructura compatible con ambos protocolos.
Todos los operadores públicos y la mayoría de los privados deben ofrecer compatibilidad total con el resto de los operadores y en la mayor cantidad de aplicaciones y puntos posibles, con lo cual disponen de tres opciones:
- No hacer nada y quedarse en IPv4.
- Implementar dual-stack y operar con ambas versiones de IP.
- Pasarse a IPv6 nativo en los elementos compatibles de sus propias redes e implementar algún tipo de traducción o tunneling con otras redes no compatibles.
Como nos podemos imaginar, la tercera es la opción correcta y, aunque llevará más tiempo hasta la implantación total —si es que se llega a desterrar por completo a IPv4, algo que habrá que ver—, es la que se revela más escalable y económicamente viable.
Servidores Cloud y Dedicados
Para dar respuesta a los proyectos empresariales que demandan una gran capacidad de direcciones IP, los Servidores Cloud y Servidores Dedicados de Arsys permiten trabajar con IP públicas bajo protocolo IPv6. Basta seleccionar la versión de IP desde el apartado IP Pública que encontramos en la sección Red del Panel de Control de Cloudbuilder Next.
En conclusión, IPv6 es esencial para asegurar el crecimiento futuro de Internet debido a la insuficiencia de direcciones que ofrece IPv4 frente al exponencial aumento de dispositivos conectados. La adopción de IPv6, aunque ha sido lenta, es inevitable y crucial para soportar la expansión de tecnologías emergentes como el Internet de las Cosas (IoT) y otros servicios digitales que requieren una gran cantidad de direcciones IP. Este nuevo protocolo no solo soluciona la escasez de direcciones, sino que también fortalece la seguridad y optimiza el rendimiento de la red, preparando el camino para una Internet más segura y capaz de soportar el crecimiento futuro.