Nuevos perfiles profesionales: el hacker ético

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En el año 2022 se denunciaron un total de 16,8 millones de ciberdelitos en todo el mundo y rara es la compañía que no ha sufrido algún incidente de ciberseguridad. Esta sensación de amenaza ha provocado que los perfiles profesionales relacionados con la seguridad se encuentren entre los más demandados y surjan nuevas figuras como el hacker ético del que hablamos hoy.

Índice

¿Qué es un hacker ético y en qué consiste su labor?

También conocido como hacker de sombrero blanco (White Hat Hacker), el hacker ético utiliza sus conocimientos informáticos para adentrarse en los sistemas y analizar posibles vulnerabilidades que pueden suponer un riesgo para su seguridad de dichos sistemas. 

Su propósito principal es identificar cualquier error antes de que se produzca el ataque y colaborar con el equipo para solventar esas vulnerabilidades. No obstante, también se puede dar el caso de que el hacker ético actúe una vez que se ha producido el delito, analizando los fallos del sistema que han permitido el ataque y poniéndoles solución. 

Estos profesionales deben contar con unos conocimientos sólidos que normalmente parten de estudios vinculados a la informática o matemáticas y, más específicamente, a la ciberseguridad. Sin embargo, también existen muchos perfiles que han adquirido buena parte de sus conocimientos de manera autodidacta. 

La labor del hacker ético resulta muy amplia, mucho más en un mundo en el que las amenazas crecen de forma exponencial día tras día. Sin embargo, existen varias actividades que forman parte troncal de su trabajo. 

  • Recopilación de información. El punto inicial es obtener datos sobre aquello que se quiere analizar. Esto incluye direcciones IP, dominios y cualquier elemento vinculado al sistema. 
  • Realizar pruebas en redes y sistemas. El hacker debe conocer en profundidad todo el sistema para entender qué es lo que pueda fallar. Por eso, una parte esencial es examinar al detalle el funcionamiento de redes y sistemas y verificar que todo el entorno es seguro. 
  • Identificar vulnerabilidades. Como decíamos, es una parte primordial. Ser capaz de reconocer posibles debilidades a partir de las cuales podría acceder un ciberdelincuente es un punto clave de su labor. El hacker ético ha de encargarse de no dejar puntos débiles en el sistema. La comprobación de estas vulnerabilidades se realiza mediante lo que se denomina test de penetración, consistente en, de forma controlada, piratear el sistema que se quiere analizar, observar sus debilidades y, finalmente, borrar cualquier huella que haya podido quedar en el mismo. 
  • Documentar todo el proceso llevado a cabo. Estos profesionales tienen acceso a informaciones relevantes y datos comerciales sensibles de las empresas con las que trabajan. La integridad es un aspecto esencial en todo el procedimiento. En paralelo a su actividad, debe registrar de forma exhaustiva cada parte del proceso para que la dirección de la empresa.
  • Proteger datos. El hacker ético debe apoyar el establecimiento de medidas técnicas que impidan el acceso no autorizado a los datos confidenciales de las empresas y sus clientes. 

Apoyo en la recuperación tras un ciberataque. Pese a que su labor sea primordialmente preventiva, sus conocimientos ayudan a los equipos a recuperar los sistemas después de que se haya producido un ciberataque.

¿Qué conocimientos y competencias debe tener un hacker ético?

Es evidente que los conocimientos técnicos profundos son troncales en una labor que exige adentrarse en el corazón de los sistemas y analizar minuciosamente su funcionamiento. En este sentido, cualquier hacker ético debe destacar por contar con competencias avanzadas de ciberseguridad. Pero, en paralelo, han de sobresalir sus soft skills, sobre todo las vinculadas a la ética y la responsabilidad. 

  • Diseño, gestión y protección de redes de comunicación. En un momento en que cada vez más dispositivos se conectan a las redes, aumentan los riesgos de ciberataques. Un hacker ético debe conocer en profundidad el funcionamiento de las redes e identificar posibles fallos de seguridad en ellas. 
  • Conocimiento de bases de datos. El profesional ha de saber de qué modo funcionan y cuál es la forma de gestión para protegerlas. 
  • Medidas de encriptación. Se trata de una herramienta crucial de la seguridad en redes, que facilita que los datos se transmitan de manera segura. 
  • Conocer en profundidad los lenguajes de programación. Los hacker éticos se adentran en la cara oculta de los sistemas y, para ello, deben conocer muy bien la forma en que trabajan los delincuentes. Parte troncal de ello, los principales lenguajes de programación. 
  • Herramientas de análisis de la fortaleza de los sistemas. Existen numerosos escáneres de seguridad y exploración de red que forman parte del día a día de estos profesionales. Algunos de ellos, como Metasploit, Kali Linux, Wireshark o NMAP, son de conocimiento obligado para ellos. 
  • Trabajo en equipo. Las habilidades blandas son clave en su desempeño. Y colaborar con miembros del equipo de la empresa es fundamental para compartir información y poder identificar situaciones vulnerables, poner parches y solventar posibles ataques. 
  • Ética e integridad. El trabajo con datos sensibles de las empresas implica una gran responsabilidad por parte del hacker ético, que debe respetar la confidencialidad de cualquier información. 

La tarea del hacker ético es apasionante, trabajando para resolver no pocos desafíos técnicos y, sobre todo, adelantarse a las posibles acciones y modo de pensar de un ciberdelincuente. En una sociedad ultraconectada, se trata de un perfil muy demandado por las empresas, que poco a poco van entendiendo que todo lo relacionado con la ciberseguridad es primordial para la supervivencia y crecimiento de cualquier negocio.

Fernando Fuentes

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